Salvemos al Encino Arroyero Sudcaliforniano
Por: BCI
El Encino Arroyero (Quercus brandegeei), es una especie endémica de la región del Cabo en Baja California Sur, es decir que solo existe aqu, principalmente en la Reserva de la Biosfera Sierra La Laguna. Aunque este árbol grande y fuerte ha sido testigo del paso de generaciones brindándoles alimento, sombra y refugio en los calurosos cañones sudcalifornianos, su población ha disminuido drásticamente en las últimas décadas, y si no actuamos pronto, podría desaparecer para siempre.
Desde 2016, The Morton Arboretum, en colaboración con científicos mexicanos del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (CIBNOR), la Reserva de la Biósfera Sierra La Laguna y la valiosa colaboración de los rancheros de las comunidades locales y otras organizaciones, han liderado un proyecto integral para investigar y mitigar las amenazas que afectan al Encino Arroyero. Hoy en día en el Instituto Costero de Baja California Sur a través de nuestro programa Educación para la Acción nos hemos sumado a los esfuerzos internacionales de conservación para rescatar a esta planta nativa tan importante para nuestra región.
¿Qué hace tan especial al encino arroyero?
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el encino arroyero es un árbol perenne (es decir que tiene hojas todo el año) de tamaño mediano que alcanza entre 10 y 12 metros de altura. Su distribución es limitada, creciendo en pequeñas agrupaciones a lo largo de las riberas de los arroyos, en altitudes inferiores a los 800 metros. Se adapta a suelos arenosos y prospera en arroyos efímeros, que son cuerpos de agua que solo fluyen durante la temporada de lluvias o tras los huracanes.
Imagen de Morton Arboretum/ Estos arroyos sustentan una vegetación riparia, que son especies adaptadas a crecer en los márgenes de ríos, lagos y humedales. Este ecosistema cumple un papel fundamental en la calidad del agua y el equilibrio del ciclo hidrológico, además de servir como corredor biológico y refugio para numerosas especies. [2]
Algunas de las plantas riparias que comparten esta función con el encino arroyero y que crean nuestro paisaje sudcaliforniano son:
El MC. Daniel W. Pérez Morales, Investigador Líder del Proyecto Salvemos el Encino Arroyero, enfatiza que esta especie es un vestigio de una historia evolutiva que se remonta a 50 millones de años. Además de su importancia histórica, desempeña otras funciones clave en el ecosistema, como la captura de dióxido de carbono, la retención del suelo y la filtración de agua hacia los mantos acuíferos. También proporciona sombra durante todo el año, lo que contribuye a reducir la temperatura del área hasta 2 grados centígrados, beneficiando a la flora, la fauna y a las comunidades locales. [1]
Más allá de su valor ecológico, el encino arroyero es parte esencial de la vida y cultura de las comunidades rancheras de Baja California Sur. La Dra. Silvia Álvarez-Clare, Directora del Programa Global de Conservación de Árboles del Morton Arboretum en Chicago, explica que sus bellotas han sido aprovechadas durante generaciones para preparar atoles, tortillas y pinole, además de servir como alimento para el ganado introducido en la región desde la época de las misiones en el siglo XVII como cerdos, vacas y chivos. También su madera ha sido utilizada tradicionalmente como leña y para la fabricación de utensilios. [1]
Imagen Morton Arboretum/ Atole y bellotas de Encino Arroyero
Imagen Mortor Arboretum/ Ganado descansando a la sombra de un Encino Arroyero
Imagen Morton Arboretum/ Tortillas de Ancino Arroyero.
Imagen Morton Arboretum/ El ganado en libertad consume las bellotas y las plántulas de los encinos.
AMENAZAS
El género Quercus, conocido comúnmente como encinos o robles, comprende aproximadamente 450 especies a nivel mundial, de las cuales cerca de 160 se encuentran en México, posicionando al país como el de mayor diversidad de encinos en el mundo. Sin embargo, alrededor de un tercio de estas especies en México están en riesgo de extinción, principalmente debido a la deforestación y al cambio climático. [3]
El Encino Arroyero enfrenta múltiples amenazas que han puesto en riesgo su supervivencia y que lo han llevado a ser catalogado en la lista roja de especies amenazadas de la UICN. Según investigaciones, una de las principales razones de su declive es la falta de regeneración natural, ya que no se observan árboles jóvenes en las poblaciones existentes con menos de 100 años de edad. Esto se debe, en gran medida, a la acción del ganado doméstico, que cuando se deja libre en la zona, consume las bellotas y las plántulas antes de que puedan desarrollarse, impidiendo el crecimiento de nuevas generaciones de encinos que reemplacen a las especies maduras. Explicar esta falta de regeneración es vital. Si bien los encinos pueden en ocasiones reproducirse en forma asexual, produciendo tallos subterráneos con brotes que dan lugar a nuevos individuos, esta forma de reproducción no protege el futuro de la especie. Solo crea clones de un mismo árbol, sin la variabilidad genética necesaria para responder a cambios ambientales drásticos o nuevas enfermedades. Solamente la reproducción sexual, con arbolitos nacidos de bellotas, puede salvar al Encino Arroyero. [1]
Imagen Educación para la Acción/ Maestros del CECYT Los Planes aprendiendo que toma aproximadamente 2 años en que una plántula de Encino Arroyero crezca lo suficiente para ser plantada.
Otro factor crítico es la reducción y fragmentación del hábitat, causada por actividades humanas como la expansión de la ganadería, la construcción de caminos y el uso intensivo de los recursos naturales. La pérdida del conocimiento tradicional sobre el manejo del encino también ha contribuido a su deterioro, ya que prácticas ancestrales que promovían su aprovechamiento sostenible han sido desplazadas por modelos de uso más intensivos. Además, el cambio climático ha aumentado la frecuencia e intensidad de fenómenos extremos, como los huracanes en las últimas décadas, que provocan fuertes corrientes en los arroyos donde crece la especie, arrastrando árboles jóvenes y semillas antes de que puedan establecerse. La combinación de estos factores ha llevado a una disminución alarmante en el número de ejemplares, lo que amenaza la viabilidad genética de la especie y su capacidad de adaptación a las cambiantes condiciones ambientales. [1]
Según comentó Farah Obaidullah, existen tres tipos principales de ecosistemas marinos que son conocidos por albergar minerales valiosos, muchos de los cuales están siendo explorados actualmente por esta industria:
Respiraderos hidrotermales
Son grietas en el fondo marino a profundidades de entre 2,000 y 4,000 metros, por donde emerge agua caliente del interior de la Tierra. Estos ecosistemas extremos, rodeados de organismos adaptados a altas temperaturas y concentraciones de sulfuro, albergan minerales valiosos como cobre, zinc y oro.
MONTES SUBMARINOS
Los montes submarinos son elevaciones del fondo oceánico, similares a montañas en el continente. A menudo, se encuentran entre 500 y 6,000 metros de profundidad y están cubiertos por costras de cobalto y otros metales. Estos montes pueden ser ecosistemas ricos en vida marina, albergando especies únicas como corales de aguas frías y esponjas.
Lecho marino plano (Zona de nódulos polimetálicos)
Es una extensa área del fondo oceánico cubierta por nódulos polimetálicos, que miden unos pocos centímetros de diámetro y contienen metales como cobalto, níquel y manganeso. Estos nódulos se encuentran en el océano profundo, entre 3,000 y 6,000 metros de profundidad, y se distribuyen a lo largo de vastas áreas. Aunque son ricos en minerales valiosos, su extracción podría alterar los ecosistemas marinos que dependen de estos fondos.
Respiradero hidrotermal. Imagen de: Oregon State University / CC BY-SA 2.0
Costras de cobalto en monte submarino. Imagen de: World Ocean Review
Nódulos polimetálicos en la Zona Clarion Clipperton. Imagen de: NOAA’s DeepCCZ project.
Pero esta aparente "mina de oro" plantea una pregunta urgente: ¿qué estamos dispuestos a sacrificar en el fondo del océano para satisfacer las demandas en la superficie?
Flapjack octopus es un pulpo que pertenece al género Opisthoteuthis y es conocido por su apariencia adorable y su comportamiento característico, nadando cerca del fondo marino. Es una especie adaptada a vivir en las profundidades oceánicas (de 130-2350 metros de profundidad). [8]
Según el Monterey Bay Aquarium, algunos peces como el Chancharro espinoso pueden habitar hasta los 1800 metros de profundidad ya que sus cuerpos están hechos principalmente de agua y no tienen espacios que acumulan aire como pulmones o vejiga natatoria. [8]
¿En qué consiste el programa Salvemos al Encino Arroyero?
Los océanos son el mayor sistema de soporte de vida del planeta. Regulan el clima, generan más del 50% del oxígeno que respiramos y capturan grandes cantidades de dióxido de carbono. Y el impacto de la minería submarina no se limita a las profundidades; sus efectos podrían alterar funciones críticas para la vida en la Tierra.
Pérdida de biodiversidad
El fondo marino es hogar de miles de especies únicas, muchas de las cuales aún no han sido descubiertas. Debido a las condiciones extremas en las que viven algunas de estas especies tienen ciclos vitales y de reproducción muy lentos. La minería puede causar extinciones irreversibles, especialmente en hábitats sensibles como los respiraderos hidrotermales. [2]
Según estudios, más del 90% de las especies recolectadas en estas áreas son nuevas para la ciencia, lo que subraya lo poco que entendemos sobre estos ecosistemas antes de destruirlos.
Destrucción de hábitats marinos
La minería a cielo abierto en el fondo marino devasta hábitats como arrecifes de coral de aguas frías y comunidades de esponjas, que tardan siglos en recuperarse, si es que lo logran.
Estas áreas no solo son refugios de biodiversidad, sino que también sostienen cadenas alimenticias esenciales para especies mayores como tiburones y ballenas. [2]
Nubes de sedimentos
Las operaciones mineras generan enormes nubes de sedimentos que se dispersan a kilómetros de distancia, sofocando la vida marina cercana y afectando a organismos filtradores como los corales.
Investigaciones indican que estas nubes pueden cubrir áreas de hasta 10,000 km², lo que impacta no solo a las especies locales, sino también a ecosistemas marinos distantes. [3]
Descarga de desechos tóxicos
Los residuos generados por la minería contienen metales pesados y toxinas que, al ser liberados en la columna de agua, podrían acumularse en las cadenas alimenticias marinas.
Esto plantea riesgos no solo para la fauna marina, sino también para las comunidades humanas que dependen de estas especies para su alimentación. [1]
Contaminación acústica y lumínica
El ruido constante de las máquinas mineras perturba a especies que dependen del sonido para comunicarse, como las ballenas y los delfines. [1]
Las luces intensas también afectan a organismos bioluminiscentes que utilizan la oscuridad para cazar y reproducirse.
Disrupción del carbono oceánico
Los sedimentos ricos en carbono almacenados en el fondo del mar actúan como un sumidero natural de carbono. La minería podría liberar este carbono acumulado, contribuyendo al cambio climático. [3]
Según el Deep Sea Conservation Coalition, la perturbación de estos sedimentos podría revertir décadas de esfuerzos por mitigar el cambio climático.
Según The World Ocean Review, muchas especies que habitan en montes submarinos, como los corales de aguas frías (en esta imagen), tienen tasas de crecimiento extremadamente lentas y producen pocos descendientes. Estos corales pueden vivir cientos o incluso miles de años, convirtiéndose en pilares de ecosistemas marinos profundos que son increíblemente frágiles y difíciles de recuperar si se ven afectados por actividades humanas como la minería submarina. [7]
“ “La minería submarina pone en peligro no solo los océanos, sino el sustento de las comunidades y el equilibrio del planeta. Estamos frente a un punto de inflexión.””
¿CUÁL ES LA SITUACIÓN LEGAL ACTUAL?
A pesar de la falta de regulación estricta, la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) ha otorgado más de 30 licencias de exploración en la CCZ, con empresas ansiosas por empezar a extraer recursos. [2]
Los mapas de esta región muestran un mosaico de concesiones en aguas internacionales que prácticamente convierten al lecho marino en un terreno comercial.
El panorama de la minería submarina no solo implica una amenaza ambiental, sino también desafíos legales y económicos. En Septiembre del 2024, México perdió un arbitraje internacional contra la empresa estadounidense Odyssey Marine Exploration y actualmente una multa de 37.1 millones de dólares. Este fallo está relacionado con la negativa de otorgar permisos ambientales para el proyecto "Don Diego", que buscaba extraer arena fosfática del lecho marino del Golfo de Ulloa en Baja California Sur. [5]
El gobierno mexicano argumentó que el proyecto violaría principios de conservación al afectar especies protegidas como tortugas caguama y ballenas, además de perjudicar pesquerías locales. Aunque México impugnará el fallo, esta situación destaca los riesgos de priorizar proyectos extractivos sobre la protección ambiental y podría sentar un precedente negativo para otros países en vías de desarrollo.
Desde las comunidades, apoyamos a nuestro gobierno en el mantenimiento de una política enfocada en la conservación.
“Al haberse convertido en el cuarto país más demandado del mundo, es crucial que las autoridades mexicanas tomen ejemplo de otros gobiernos que están retrocediendo del sistema de arbitraje internacional que permite que se presenten reclamaciones tan perversas, trabajando para eliminar el acceso a estas disposiciones legales para las corporaciones transnacionales. Esta necesidad es especialmente urgente, en México y a nivel mundial, debido a casos como este, donde las empresas utilizan el sistema para buscar beneficios sustanciales de proyectos que amenazan a las personas y al medio ambiente.” [10]
—Jen Moore, Ellen Moore, y Carla García Zendejas, CIEL.ORG (2024)
un llamado a la acción
La Ocean Hope Expedition ofrece un llamado a la acción claro: debemos unir fuerzas para detener la minería submarina antes de que comience a gran escala. Estas son algunas formas de involucrarse:
Firma la petición global: Únete al movimiento en change.org/nodeepseamining. Cada firma suma presión para establecer un moratorio global.
Apoya la declaración: Organizaciones, empresas y comunidades pueden respaldar la causa firmando la declaración en Endosar la Declaración.
Difunde el mensaje: imprime y escanea los códigos QR disponibles para compartir la información en tu comunidad. [6]
Apoya la postura de países como México. Respaldar la decisión de proteger nuestros mares frente a la minería submarina es clave. Pagar la multa sentaría un precedente peligroso para la conservación en México y otros países en desarrollo. [5]
Nuestros océanos no son mercancía, son santuarios reguladores del clima, generadores de oxígeno y sustento de comunidades enteras. Protegerlos no es solo un acto de conservación, es una necesidad urgente para garantizar nuestro futuro. Baja California Sur, con su conexión cercana a la CCZ, tiene la oportunidad de liderar con soluciones sostenibles y unir esfuerzos globales para proteger el último gran ecosistema intacto del planeta. Como lo remarcó Farah durante su visita "Es aquí, en lugares como Cabo Pulmo, donde la acción local puede tener un impacto global".
Referencias
Deep Sea Conservation Coalition. (2023). “In to Deep”.
Farah Obaidullah. (2024). “The Ocean Hope Expedition”.
World Ocean Review. (2023). "Sediment Plumes in Deep-Sea Mining".
Greenpeace. (2023). "Impact of Mining on Ocean Carbon Storage".
Excelsior. (2024). “México pierde el caso contra la minera submarina Odyssey Marine”.
QR Codes y materiales de The Ocean Hope Expedition. (2024).
World Ocean Review 3. (2014). “Marine Resources – Opportunities and Risks”.
Monterey Bay Aquarium. (2024). “En las profundidades”.
Natural History Museum. (2023). ”Around 90% of species in proposed deep-sea mining zone are unnamed”.